#21 Leyendo Reyes Parte 2


Recuerde que la saga de Reyes es muy compleja (no pierdas el hilo) y no está narrado según la historia, sino en tres grandes partes. Por eso condensaremos el contenido en la perspectiva de tres bloques. Es un enfoque que ayudará a entender toda la saga de una manera más simple conquistando en los detalles cronológicos de los Reyes (dividido en 3 partes): la cabeza, el cuerpo y la cola. En la anterior sesión estudiamos la primera parte, ahora veamos la segunda parte: El cuerpo. No olvidemos que los libros de los Reyes se centran en la historia de Israel del Norte, sigamos hablando sobre este reino. 

2) El cuerpo (1 Reyes 15 hasta 2 Reyes 15:12)



a. La historia de la dinastía Omri (Rey Acab): Los ministerios de Elías y Eliseo (1 Rey 15 hasta 2 Rey 8) -Donde pertenecen los libros proféticos Abdías y Joel-

En la dinastía de Omri, la narración predominante es la historia del rey Acab, el primer hijo de Omri que fue el fundador de la dinastía.

El primer rey del reino del norte fue Jeroboam, después reinó su hijo Nadab; Luego Baasa, un servidor de Nadab, se rebeló y usurpo el trono; después de Baasa reinó su hijo Ela.

Luego un funcionario llamado Zimri lanza otro golpe de Estado en Israel contra el rey Ela y reina por pocos días; pero luego un soldado llamado Omri mata a Zimri y se convierte en el nuevo rey del norte (Fíjate que desde un principio el reino del norte es obtenido por la rebelión y por la fuerza).

Omri asciende al trono y trabaja duro para fortalecerlo (compra Samaria y construyó allí una ciudad haciéndola la capital); después tuvo un hijo Acab que reinó sólidamente durante muchos años en Israel, el reino más controvertido del Norte.

Cuando pienses en el rey Acab también se recuerda a Jezabel. Ella era fenicia, un reino del mar mediterráneo al noreste de Galilea, una nación famosa por dos ciudades: Sidón y Tiro. Ella era una ferviente adoradora de Baal (fertilidad y seguridad) el dios de la ciudad de Tiro. Ella se casó con Acab porque el rey Omri, padre de Acab, hizo un pacto de comercio con los fenicios.

La dinastía Omri abarcó 5 generaciones (incluyéndolo a él) y está representada por el rey Acab, quien no reconoce la soberanía ni el reinado de Dios ni sus leyes; sino que siguió las creencias de su esposa Jezabel; se dejaron corromper por los reinos del mundo.

Baal era el ídolo más representativo de la religión cananea y buscaba la fertilidad y estabilidad mediante la imitación carnal de la unión del hombre y la mujer. Esta idolatría entro al palacio real de Israel a través de Jezabel; este enemigo entró al palacio para convertir el reino en idolatra. El desvió comenzó con Jeroboam, pero con Acab se corrompió hasta el palacio real y ahora el dios Baal gobernaba desde el trono.

El reino se divide en dos con la trágica historia de Israel del norte paganizada; el pueblo siguió el camino de Jeroboam que distorsionó la ley de Dios y adoran equivocadamente al Señor; pero ahora con Acab son dominados totalmente por el Baal introducido por su esposa Jezabel y ya ni adoran a Dios, sino que siguen directamente a otros dioses. Por culpa de Acab entró el Baalismo hasta el profundo corazón del palacio real de Israel; es por esto que se dedican tantos capítulos a este rey.

Después de la entrada del dios Baal; la hija de Jezabel y Acab (Atalía) se convierte en la reina del quinto rey del sur de Judá (Joram o Jehoram); el cuarto rey de Judá aceptó como nuera la hija de Acab, rey de Israel, para que se case con su hijo Joram en el reino de Judá; este casamiento se produjo para traer paz entre los dos reinos. Esto significa que ahora no solo el palacio real del norte fue manchado y ensuciado por Baal, sino que ahora el reino del sur también fue contaminado por la idolatría dejándose influenciar por Jezabel la fenicia.

Después de esto, Judá experimenta un baño de sangre brutal de gran rebelión y matanza. El rey Joram y Atalía tienen un hijo llamado Ocozias que se convierte en rey y muere en batalla; entonces su madre Atalía lanza un golpe de estado tratando de destruir toda la familia real descendientes vivos de David, incluidos sus propios nietos. La influencia del Baalismo invadió hasta la casa de David para destruir el reino de Dios.

Sin embargo, Atalía no obtuvo éxito; Joas, es rescatado milagrosamente (por su tía Josaba, hija de Jorán) y vivó escondido en el templo de Dios durante los seis años que reinó Atalía sobre Judá. Luego Joas eliminó a Atalía para coronarse como rey y nuevamente el reino de Judá recupera su trono con el linaje davídico. Se confirma la promesa en 2 Sam 7:13-16.

El cuerpo de reyes enfatiza que el reino de Dios no se puede mezclar con el reino del mundo; Todo esto nos muestra la lucha espiritual del reino de Dios contra la religión cananea representado por Acab, Jezabel y Atalía.

Dios envía su representante para luchar contra esa fuerza enemiga: el profeta Elías que luchó contra Jezabel y el baalismo; además guardó 7000 hombres de Dios para luchar contra el mundo (1 Rey 19:18). Esta lucha no terminó con él, sino que continuo con Eliseo.

La nación extranjera vinculada mayormente con Israel del Norte era una nación llamada Aram (Siria); recuerde que Siria (ubicada al norte, por Galilea) no es la misma nación que Asiria (ubicada al este, los mesopotámicos, por el río Eufrates). Recuerdan al general Naaman… a quien Eliseo curó de lepra… era un comandante del ejército de Siria.

El final de 1 de Reyes cierra con la escena de muerte de Acab en manos de los arameos durante la guerra Judá e Israel-Siria. Entonces poco después inicia el segundo libro de Reyes con la frase “Después de la muerte de Acab”. Él es el personaje central de la historia de Reyes, el malo de toda la historia. Y justo después de su muerte se describe en el capítulo 2 de segunda de Reyes la ascensión de Elías al cielo.

La muerte de Acab cuya sangre fue lamida por los perros (1 Rey 22:38) forma un extraño contraste con la ascensión de Elías que es llevado al cielo en un carro de fuego tirado por caballo (2 Rey 2:11). Las dos fuerzas, una vez lucharon una contra la otra en el Monte Carmelo y, sin embargo, sus historias terminan de manera tan diferentes. Este es el contraste de Elías que hizo su lucha por el reino de Dios y de Acab que eligió a Baal del reino del mundo. Al final la victoria fue de Elías sobre el paganismo y la idolatría.

Con la muerte de Acab y ascensión de Elías viene la entrada de Eliseo y así comienza 2 de Reyes. Entonces Eliseo continua la lucha del Reino de Dios contra el Baalismo hasta el final del capítulo 13.

Elías se enfrentó al Baalismo de la dinastía Omri: rey Acab y su esposa Jezabel; Eliseo se enfrentó al Baalismo de Ocozias y Jorán (dinastía Omri) y a la dinastía Jehú.

Mientras Eliseo ministraba en el norte de Israel; en reino del sur de Judá, durante el tiempo del rey Jorán, la palabra de Dios viene a los profetas Abdías y a Joel, ellos actuaron en la lucha del reino de Dios mientras gobernaba Atalía (hija de Jezabel en el sur).

b. La historia de la dinastía de Jehú: El ministerio de Eliseo (2 Rey 9 hasta 2 Rey 15:12)

·       La dinastía de Jehú que hizo juicio a la dinastía Omri

Las dinastías más poderosas dentro de la historia del reino del norte fueron Omri y Jehú. Omrí fue la cuarta y Jehú la quinta dinastía de Israel.

La dinastía de Jehú destruye a la dinastía de Omri (representado por Acab) tal como lo profetizó Elías (1 Rey 19:15-17; 21:21-24). Con el cumplimiento del exterminio de la casa de Acab se demuestra que Dios es el verdadero Rey; La victoria de Dios es el propósito de Reyes; Jehú es el instrumento que Dios utiliza para eliminar toda la casa de Acab. Es decir, el resultado final de la adoración a Baal es el juicio de Dios.

·       Jeroboam II de la dinastía de Jehú -Donde pertenecen los libros proféticos Oseas, Amós y Jonás-

Aquí aparece otro rey importante, el rey Jeroboam II, uno de los cinco reyes de la dinastía Jehú. Fue el cuarto de la dinastía y disfrutó del apogeo en toda la historia de Israel durante 41 años. Él era un gran rey quien restauró y extendió las fronteras del Norte de Israel en el vasto territorio de la época del rey Salomón (2 Rey 14:25). Sin embargo, bajo su gobierno de adoró el lujo y la falsa religión lo que provocó la ira de Dios, como se expresa en las palabras del profeta Amós (Am 6:1)

¿Por qué grita Amós acerca de la extravagancia, placeres y pecados del rey Jeroboam II? El profeta Amós recibió la Palabra de Dios y la realidad social era corrupta y pecaminosa en medio de la prosperidad. Los libros proféticos de Amós y Oseas hablan acerca de los pecados de Israel con mucho énfasis (estos dos profetas fueron contemporáneos a Eliseo y actuaron durante el reinado de Jeroboam II); Amós y Oseas escribían sus actividades al mismo tiempo que Eliseo estaba trabajando. Además, el profeta Jonás también vivió y trabajó durante este período en el Norte enviado a predicar La Palabra a otra nación.

Jonás fue famoso por estar en conflicto, por luchar y sufrir después de recibir la palabra de Dios de ir a la capital de Asiria (Nínive); una civilización mesopotámica a la que él anuncia el arrepentimiento. ¿Por qué anunciar el arrepentimiento en una nación extranjera? Recuerde que la razón de ser del Reino de Dios es proclamar al reino del mundo que solo Dios es el único rey (esa es la lucha que los hijos de Dios deben asumir: influenciar al mundo para que se arrepientan y se conviertan a Dios). En Jonás vemos el trabajo de Dios para recordarle a Israel del Norte no olvidar su razón de ser y despertó al pueblo para que declaren el reino de Dios sobre todos los pueblos.

Particularmente me gusta la lectura de Jonás porque en ella se lee el corazón de Dios de edificar Su Reino a todas las naciones, gentes y lenguas tal como se lo prometió a Abraham. Aquí esta lectura es una señal que lleva el corazón del evangelio (hoy es el mensaje de Jesús como verdadero y único Rey Salvador que muere y resucita al tercer día (3 días Jonás en el vientre de un gran pez ¿coincidencia?)

Recuerda siempre la visión de Dios: provisionó al pueblo a través de Abraham, Isaac y Jacob, luego nuestro Dios derroto a Faraón y liberó el pueblo de Egipto (símbolo del mundo), dio la ley con Moisés y luego la tierra con Josué… levantando una gran nación. Aunque el pueblo desobedece rápidamente y a pesar de que su nación se divide y los reyes de Israel sirven a Baal y otros dioses... Dios continua su Reino a través de Elías y Eliseo para combatir la idolatría y envía a misioneros como Jonás para convertir el mundo a Dios. ¿puedes leer y entender la pasión y dedicación de nuestro Señor?

NUNCA OLVIDES QUE LA RAZÓN DE SER UN HIJO DE DIOS Y PERTENCER AL REINO DE DIOS QUE VIVE EN ESTE MUNDO ES MOSTRARLE A ESTE MUNDO QUIEN ES DIOS Y QUE UN DÍA SU REINO VENDRÁ. NO DEJES DE PROCLAMAR SU REINO.

Nuestro rey verdadero nunca pierde ese sueño de gobernar a todas las naciones y gentes porque Dios es amor y el ama a todos.  Por eso Dios envía a Jonás a Babilonia en Asiria (una nación del mundo) para anunciar y proclamar el reino de Dios (A pesar de que el rey de Israel la época, Jeroboam II, debería ser el líder y llevar a cabo la misión… al contrario estaba caído en los placeres del mundo) Dios entonces elije a Jonás a luchar esa batalla y fue un misionero del Antiguo Testamento aunque no era el mejor reemplazo (él se negó, huyó, pataleó y gritó). Eso nos hace pensar que no somos elegidos por el bien propio de ser elegidos o por nuestras obras o cualidades humanas ni mucho menos porque se quiere. Dios nos elije para contribuir en el propósito de su reino: proclamar a Dios a todas las naciones.

En Jonás vemos como Dios lucha con él desde el principio hasta el final, incluso después de cumplir su misión en Nínive. Dios quiere que él y su pueblo entiendan Su corazón hacía el mundo con esta pregunta al finalizar Jonás ¿Y no tendré piedad de esa gran ciudad donde hay más de 120 mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda? Tú que responderías a esa pregunta directa de Dios…

c. Acabando el cuerpo…
El reino de Dios es el tema central y fluye a través del período de los reyes; aquí hay constantes guerras espirituales del reino del mundo para destruir el Reino de Dios; pero Dios guarda y elije a sus hijos a través de los cuales continua Su Reino. Esta es la nación que Dios prometió a Abraham y el reino que Jesús proclamó (Mt 4:17), el apóstol Pablo lo testifica toda su vida (Hch 28:31) y el apóstol Juan lo vio (Ap 21). Solo Dios es el Rey y solo a Él pertenece la autoridad para gobernar. 

Nota: estudiaremos la tercera y última parte de los Reyes en la próxima sesión...





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