#26 Leyendo Daniel y Ezequiel parte 2

Anteriormente conocimos un poco ese concepto de necesidad de continuar la visión de Dios para su Reino y vemos a un Dios que sigue hablando en tierras extranjeras y mostrando cosas venideras inexplicables y como ese aspecto apocalíptico de Daniel y Ezequiel son importantes para entender y comprender la voluntad de Dios a través de que está por venir. Dios una vez más dice que Él Es El Único y Verdadero Rey.


3) Alguien llamado el Hijo de Hombre

El libro de Ezequiel nos muestra muchas imágenes distintivas y conceptos que dan referencia al “Hijo de Hombre”. También aparece en Daniel y hay una relación entre su uso en Ezequiel y Daniel.

En el libro de Ezequiel Dios llama al profeta Hijo de Hombre y le muestra varias visiones y este termino aparece 93 veces en todo el libro. Aquí Hijo de Hombre es usado para referirse literalmente al hijo de un hombre o humano; tiene connotaciones de debilidad humana; pero cuando este Hijo de Hombre o Hijo de Adán es usado en Daniel no es usado para referirse a un débil hijo de hombre sino a un Glorioso Hijo de Dios (Dan 7:13; 8:15-19) en esos versículos el Hijo de Hombre aparece en Su forma como Dios. El nombre Hijo de Hombre fue el termino que Jesús usó para referirse a sí mismo. Notemos como Dios está revelando la venida de Su Hijo en el momento de desesperación del pueblo en cautividad para darles esperanza.

Aunque parezca que el Reino de Dios se acabó porque el sur de Judá ha caído y están todos esclavizados, no es así. El Reino de Dios no está limitado dentro de fronteras nacionales ni por esta tierra, es realmente un reino eterno.

Por ello vemos a Daniel tratando de describir una entidad singular que vio, el Hijo de Hombre, que se parecía a Dios, pero con rasgos de hombre. Muy probablemente Daniel vio imposible llamar a este ser solo Dios o solo hombre y quiso involucrar los dos aspectos definiéndolo como Hijo de Hombre a ese alguien que lucía como si hubiese nacido de la humanidad, pero era Dios.

Todas esas connotaciones están asociadas al termino que Daniel usó y que Jesús escogió como referencia a sí mismo. Es decir, es un concepto de divinidad y humanidad que forman el termino Hijo de Hombre (Divinidad y humanidad de Cristo). Ese lenguaje de Jesús en el Nuevo Testamento nació aquí en Daniel y Ezequiel.

4) La reconstrucción del Templo – el Rey necesita un palacio

También se revela que el Hijo de Hombre, el Rey del Reino de Dios eterno, será el juez que reinará sobre todas las naciones. Además, Ezequiel profetiza no solo sobre Jerusalén sino también sobre las naciones vecinas, diciendo que por encima de todos estos reinos y naciones se construirá el trono del Rey de reyes. Es un reinado que se hace a través del juicio y la salvación, un trono reconstruido. Él juzgará y gobernará desde el templo redimido.

Resumiendo, Daniel y Ezequiel en una frase, seria así: el verdadero y único Rey vendrá como Hijo de Hombre y cuando el venga habrá juicio y salvación; la prueba de esto es la reconstrucción de su Palacio o Templo restaurado. Aunque Judá cae, el Reino de Dios no cae.

Por ello, el enfoque conceptual que sigue en el libro de Crónicas es la reconstrucción del templo y después viene el libro de Esdras que también es acerca de ese enfoque. Luego vemos a un Hageo y a un Zacarías llevando el mismo mensaje de reconstrucción que no debe detenerse; también Nehemías trabaja duro para reconstruir los muros en ruinas de la ciudad; así todos los libros de la época de cautiverio consisten en la reconstrucción exterior del Templo y la obra de reformar la sociedad interiormente con el fin de prepararla para el reinado del Rey.

Nunca olvide esta analogía: el hardware (componentes físicos externos de un ordenador) y el software (las reglas, instrucciones y programas internos que hacen posible el funcionamiento de un ordenador) así mismo el Templo es el hardware y la vida cristiana según La Palabra es el software.

Entonces vivir bajo el Reino de Dios significa obtener la ciudadanía de su Reino. Cuando Moisés condujo a los antiguos esclavos hebreos fuera de Egipto y al primer lugar donde los llevo fue al Monte Sinaí. Allí el había construido el Tabernáculo ¿Por qué Dios hizo todo esto? Dios estaba diciendo que Él iba a gobernar. Que iba a estar en comunión con el pueblo, Entraría en una relación de pacto y viviría allí con su pueblo. Por esta razón se refiere al pueblo como su esposa espiritual y a sí mismo como el esposo. Estaba diciendo que quiere alejarse de esa idea de una deidad supernatural que permanece muy por encima de nosotros y más allá de nuestro alcance para situarse a sí mismo en nuestras vidas y liderar como nuestro Señor viviendo entre nosotros.

Dios demostró que había formado una relación especial entre Él y su pueblo, que Él estaba reinando entre ellos como su Rey y estaban marcados como su pueblo (recuerden la columna de fuego y la columna de nube; Shekina significa en hebreo “habitar” y es es una evidencia física que Dios estaba habitando entre ellos. Dios usó a los israelitas para construir el Tabernáculo y luego el Templo para que nosotros fuésemos capaces de ver y tocar ese concepto en términos físicos y tangible (Dios con nosotros).

Las personas que una vez fueron esclavas en Egipto construyeron un Tabernáculo como símbolo de que ellos estaban bajo el gobierno de un Rey que los amaba. Luego un Templo establecido y fijo para adoración. Y ahora Dios manda a reconstruir ese Templo, después de la esclavitud en Babilonia, como símbolo de que siguen bajo gobierno de ese mismo Rey que ha estado con ellos desde el comienzo. Por eso cuando pienses en el periodo del cautiverio debes pensar en la reconstrucción del Templo para experimentar restauración y redención piedra a piedra.

Nota: La reconstrucción del Templo es voluntad del Señor y da entender que Su Reino es para siempre y por ello debemos estar agradecidos porque somos parte de ese Reino. Recordemos Dios ha trabajado muy duro y apasionadamente para que tú y yo seamos parte de Su Plan perfecto; por ello tomémonos el tiempo para considerar y valorar lo que ha sido “el negocio de Dios” como Jesús mismo lo dijo “En los negocios de mi Padre me es necesario estar” y ese negocio de Dios, desde un principio, es establecerse como un Rey que habita entre nosotros para salvación eterna.


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